Candelero, es el objeto donde se pone una candela o vela para alumbrar. Estar en el candelero es estar a la luz, o iluminando. Efecto que puede ser fugaz o duradero, dependiendo de las ganas o la voluntad que tengamos a la hora de ir reemplazando una vela por otra.
Esta vieja frase tan utilizada por nuestros mayores, me da pié para ilustrar y hacer un paralelismo con nuestra actividad musical. También, para mantenernos en el “candelero” como Banda de Música dependemos de las ganas y la voluntad para mantener encendida la llama de las corcheas.
Toda actividad que se realiza a través del voluntariado, produce una gran satisfacción, pero demanda un recambio permanente. Dependiendo de las distintas motivaciones y ciclos que vivimos los seres humanos.
Difundir nuestra actividad musical, no solo es una satisfacción y un halago que nos nutre, si no, que además, es una necesidad, cuyo objetivo, entre otros, es el de alimentar el recambio. La difusión también es un compromiso y una obligación con nosotros mismos en cuanto a mejorar la calidad musical, con las limitaciones lógicas de toda agrupación o Banda de Música integrada por músicos amateurs y aficionados.
