Serios, concentrados en su partichela volcando entre todos la mejor expresión. Luego vendrán los aplausos, el reconocimiento del público, y fundamentalmente, la satisfacción personal de cada uno por el éxito logrado. Un halago que viene muy bien para renovar la energía, motor indispensable que nos empuja cada semana a concurrir a los ensayos y a seguir estudiando.
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